miércoles, 1 de mayo de 2013

La preciosidad del silencio

En esta sociedad tan ajetreada en que vivimos, el silencio es un valor muy bueno para potenciar la meditación y siempre viene muy bien.

Pero silencio no sólamente es estar callado. Esta poesía nos introduce en los valores que tiene el silencio y puede ser un buen instrumento para una meditación.
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La preciosidad del silencio

Pon, Señor, en mi boca un centinela,
Un vigía a la puerta de mis labios (Salm 141,3)
… Pero Jesús callaba (Mt 26,63)

El silencio es Mansedumbre...
Cuando no te defiendes de las ofensas,
Cuando no reclamas tus derechos,
Cuando dejas que Dios te defienda...
El silencio es Mansedumbre.

El silencio es Misericordia...
Cuando no revelas las faltas de tus hermanos a otros,
Cuando estás siempre dispuesto a olvidar sin volver a tu pasado,
Cuando no juzgas pero rezas en tu corazón...
El silencio es Misericordia.

El silencio es Paciencia...
Cuando aceptas el sufrimiento sin gruñir pero alegremente,
Cuando no buscas consolaciones humanas,
Cuando no te vuelves ansioso,
Pero esperas con paciencia por la semilla que germine...
El silencio es Paciencia.

El silencio es Humildad...
Cuando no hay competición,
Cuando consideras que la otra persona es mejor que tú,
Cuando dejas que tu hermano nazca, crezca y madure,
Cuando alegremente abandonas todo al Señor,
Cuando tus acciones pueden ser mal interpretadas,
Cuando dejas a otros la gloria de la iniciativa...
El silencio es Humildad.

El silencio es Fe ...
Cuando guardas silencio 
porque sabes que el Señor actuará,
Cuando renuncias a la voz del mundo 
para permanecer en la presencia del Señor,
Cuando no te esfuerzas por ser comprendido
porque te basta saber que el Señor te comprende...
El silencio es Fe.

El silencio es Adoración...
Cuando abrazas la cruz
sin preguntar por qué...
El silencio es Adoración.

… Pero Jesús callaba

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